A estas horas intespestivas, deseo tus besos con intensidad, tanto como deseo colocar mis labios en los tuyos y en todos esos rincones de tu piel que me prometen sin decir nada un mundo por descubrir.

Ya ves que sigo pensándote y me pregunto si habré dejado de hacerlo en algún momento desde que nos despedimos.

Y es que siempre estás.

Por eso te llevaré a la cama de mi mano, mirándote a los ojos y haciéndote una promesa con ellos, la promesa de amarte esta noche en mis sueños y en mi realidad.

Mi amor lejano, si algo es indiscutible, eso es mi amor por ti.

Quisiera entre susurros, besos y caricias, cerrar tus ojos con mis labios y pronunciar las primeras palabras de este jueves, suavemente...

Te... amo...